
Intervención Temprana
​
La intervención temprana debe comenzar poco después del nacimiento. Cuanto antes, mejor, sin embargo nunca es demasiado tarde.
​
Su objetivo es trabajar en los primeros años de vida, en la que la plasticidad cerebral permite desarrollar las áreas cerebrales que presentan algún déficit, sus inteligencias y su personalidad, buscando así la normalización e inclusión del niño en la sociedad.
​
La intervención temprana potencia al máximo las inteligencias múltiples del niño: verbal-lingüística, lógico-matemática, corporal, cinestésica, visual-espacial, musical e interpersonal.
​
La terapia a sido diseñada para tratar retrasos del desarrollo que viven los niños con discapacidad intelectual, síndrome de Down y con otras discapacidades, que incluye terapia para tratar retrasos del desarrollo, con juegos, ejercicios, masajes, música, etc.
La intervención temprana favorece el desarrollo físico, afectivo, social y cognitivo de los niños con discapacidad intelectual, de 0 a 5 años de edad, con la participación activa de los padres.